Ya has escuchado lo típico acerca de la cultura de empresa: "crea una cultura empresarial que atraiga y retenga a las personas con más talento" o "cultura no es sinónimo de ventajas, sino de valores". En gran medida es correcto, pero en parte es una tontería. Así como puedes crear una cultura de empresa sana introduciendo significado y objetivos en tu rutina diaria, también lo puedes ignorar por completo y decidir dejarlo pasar... y ver cómo acosadores y elementos menos deseables toman el control y convierten el lugar de trabajo en un ambiente tóxico de imposición a los demás y agresiones verbales.

Uno de nuestros principios fundamentales de la estructura Scrum es "renovarse o morir". En la cultura del entorno de trabajo es más bien "cuida el jardín o la maleza proliferará". Porque no puedes esperar retener a las personas con más talento cuando el entorno de trabajo se vuelve tóxico y se permite que campe a sus anchas el mal comportamiento.

Estos son los 10 síntomas que deberían ponerte alerta. Si te importa tu empresa, córtalos de raíz.

1. Críticas negativas anónimas de empleados actuales en Glassdoor

Es probable que haya malas críticas de tu empresa. Sin embargo, si son anónimas y las han escrito empleados actuales, pregúntate por qué. ¿Pudiera ser que se callen en la oficina por miedo a algún tipo de represalia? ¿Advierten a posibles futuros candidatos de que no entren en la empresa porque no están satisfechos? ¿O las críticas anónimas son la única forma de desahogar sus frustraciones con la empresa? Probablemente sea por todo lo anterior. Si el personal no cuenta con procesos para escalar problemas relacionados con sus relaciones laborales y si no ve que hay alguien de la dirección que les escucha o se preocupa por sus problemas, entonces accederán a Glassdoor y otros foros en los que arremeter contra la empresa. Ofrece al personal otras alternativas para que expresen sus preocupaciones y aporten información. Ayúdales a que se sientan escuchados dentro de la empresa primero.

2. Cotilleo, difamación y comunicación pasiva y agresiva

Una cosa es soltarse en un canal privado de Slack, y otra cosa es dejar que la comunicación pasiva y agresiva se desarrolle en áreas públicas como el software de gestión del trabajo o el chat de Skype de la empresa. Cuando la cortesía profesional y la crítica constructiva se sustituyen por insultos, difamaciones, cotilleos, comentarios racistas o sexistas, o cualquier forma de acoso en general, la única cultura que cultiva la empresa es de tipo bacteriano.

3. Los buenos trabajadores buscan pastos más verdes

Cuando el personal más cualificado empieza a abandonar el barco en masa, hay algún problema grave. Por supuesto, puede ser que lleven uno o dos años (la media de permanencia de un empleado millennial), pero cuando hay más empleados que salen por iniciativa propia, es mejor que te pongas a investigar. Ante todo introduce una entrevista de salida. Incluso aunque la mayoría de la información esté edulcorada (ya que nadie quiere cerrar las puertas), quizá puedas sacar a la luz algunas verdades con las que jamás te habías tropezado. Puede que solo descubras problemas con el equipo de dirección que nunca antes habías notado. Al fin y al cabo, la gente no deja la empresa. Deja a los jefes también.

4. El personal trabaja de forma aislada

¿Los trabajadores colaboran entre departamentos para sacar adelante los proyectos importantes? ¿O trabajan con la cabeza enterrada en su propio equipo, duplican en ocasiones el trabajo y nunca ponen en común los recursos con los demás? Si la cultura de compartir o colaborar no está muy desarrollada y si no hay herramientas que fomenten esta cultura, ten cuidado. Te darás de bruces con los mismos problemas que provocaron accidentes automovilísticos y retiradas multimillonarias en General Motors hace unos años. Si el personal trabaja de forma aislada, observa detenidamente. ¿Es simplemente porque los equipos no quieren trabajar fuera de sus zonas de confort? ¿O es porque protegen con uñas y dientes su campo de conocimiento? De una forma u otra, hay que hacer algo para revertir la situación o, de lo contrario, los cimientos de la organización se verán afectados.

Si necesitas una herramienta de colaboración que saque a los equipos de su aislamiento y les ayude a trabajar con los demás miembros de la empresa, inicia una prueba gratuita de Wrike.

5. El mal comportamiento es endémico

Cuando aprietas un tubo de pasta de dientes, sale mucha cantidad de dentífrico. Así que puede suceder lo mismo cuando aumentas la presión en un entorno de trabajo. Si se permite el comportamiento no ético o cuestionable, el personal empezará a pensar que forma parte de la cultura laboral. De este modo, terminas con una cultura de mucho trabajo y fiestas tipo Zenefits, junto con sus presuntas prácticas empresariales no éticas. O como Tinder y sus comunicados sexistas entre un antiguo responsable de marketing y una de sus fundadores. Si no cuidas el jardín, la maleza se abrirá camino.

6. Las ventajas se mencionan con más frecuencia que los objetivos

Consulta artículos en línea en los que se mencione tu empresa y el lugar de trabajo (incluso las críticas de Glassdoor). ¿Qué es lo más destacado? ¿Se mencionan las actitudes positivas del personal en el trabajo? ¿O quien lo escribe solo habla de las comidas gratis, las mesas de pimpón o la "happy hour" de los viernes? Si se habla más de las ventajas que de los valores o los objetivos de la empresa, preocúpate. Ha llegado el momento de remangarse y descubrir qué piensa realmente su personal de la misión de la empresa.

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7. Entra en juego la política

¿Qué hacen tus empleados para ascender? ¿Mejoran su rendimiento? Si es así, ¿dispones de un sistema que mida el progreso de un trabajador y una clara trayectoria profesional que puedan seguir? ¿O los trabajadores medran gracias a estrategias políticas que implican hacer favores personales a sus superiores, rebajarse y hacer la pelota, y quizá también pasar por encima de sus compañeros? Si no hay una trayectoria profesional que seguir, ni formas legítimas de ascender en el departamento, entonces habrá personas que, o bien explotan el sistema, o bien salen en busca de otras empresas que les permitan crecer y ascender por una escala oficial.

8. Se excluye a las personas

Pregunta: ¿se excluye a cierto tipo de trabajador de la toma de decisiones importantes? ¿Los trabajadores de ubicaciones remotas gozan del mismo respeto y apoyo moral que los que trabajan en la oficina física? ¿Se incluye a los compañeros con discapacidad en los juegos de equipo? ¿O parece que solo los agresivos agentes de ventas disfrutan de las ventajas y las primas? Si no trabajas para incluir a todos, prepárate para recoger los frutos del resentimiento y el rencor.

9. Falta de transparencia en la alta dirección

La cultura fluye desde arriba. Si la transparencia es uno de los valores fundamentales, asegúrate de que tu equipo ejecutivo la practique. ¿Estás abierto a planes de desarrollo de productos, búsqueda de financiación y planes para el futuro de la empresa? ¿O mantienes a la tropa en la ignorancia hasta que salta la sorpresa o se produce una ronda de despidos? La cultura sana comienza por la dirección. No puedes esperar que el resto de la empresa sea transparente con las cargas de trabajo, los obstáculos y el trabajo si los responsables no practican lo que predica la empresa.

10. El dinero se destina a cosas que a tu personal no le importan

¿Cuánto gastas para mejorar la moral de la empresa? ¿Las fiestas se celebran en un lugar bonito o en un antro de mala muerte? ¿En las decisiones sobre eventos de equipo, ubicaciones de la oficina o menús se tienen en cuenta las preferencias del equipo? ¿O solo se tiene en cuenta la opción más barata que simplemente te permite cumplir? ¿Destinas fondos para que los trabajadores externos se reúnan en persona con sus compañeros? ¿O inviertes en la creación de espíritu de equipo? ¿Pagas unos sueldos que hacen que candidatos de gran talento quieran trabajar para ti? La pregunta más importante es: ¿qué es lo que más le importa a tu personal? Descúbrelo y destina algo de dinero a dárselo. A cambio tendrás un equipo de trabajadores muy motivado, centrado y entregado por completo a la empresa.

Recupera la cultura: puede que haya llegado el momento de realizar una limpieza

Si en tu empresa aparece alguno (o todos) los síntomas anteriores, es porque hay aspectos que no funcionan o porque el personal no está satisfecho. Y los trabajadores satisfechos tienen un impacto directo en la base de la empresa: utilizan la décima parte de los días de baja por enfermedad en comparación con sus compañeros insatisfechos, tienen seis veces más energía, pretenden permanecer el doble de tiempo en la empresa y son el doble de productivos. Lo que plantea la cuestión siguiente: ¿proteges la base de la empresa luchando por tener una cultura mejor?

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