Hemos escrito sobre estos hábitos hace poco: analizar tus rutinas más arraigadas y cambiarlas si no tienen sentido tiene un efecto positivo en la productividad, en la concentración e incluso en la creatividad. Es importante reevaluar ocasionalmente lo que hacemos en piloto automático para quitar la paja y quedarnos solo con lo necesario.
De lo contrario, puede que acabemos con una adicción tecnológica como la de Andrew Sullivan, fundador y autor del blog sobre política The Dish (anteriormente titulado The Daily Dish). Hemos escrito recientemente un ensayo de 6000 palabras sobre cómo su adicción a las noticias y la información en línea hicieron que enfermara. Durante su último año, en el que publicaba varias entradas al día, padeció cuatro infecciones bronquiales y su propia broma sobre cómo Internet causa la muerte empezó a pisarle los talones. Escribió lo siguiente:
Solía bromear con que si Internet mata, sería el primero en saberlo. Años después, la broma dejó de tener gracia.
Es fácil acostumbrarse a las herramientas digitales que usamos a diario y utilizarlas constantemente. Incluso en el lugar de trabajo, el 44 % de los profesionales dice que consulta su dispositivo móvil más de 20 veces al día.
Por eso tenemos que analizar nuestras rutinas y auditar el uso habitual que hacemos de estos productos. ¿Nos ayudan a vivir mejor? ¿O dañan nuestra capacidad de concentrarnos y funcionar?
Las dos actitudes de Newport para analizar las herramientas digitales
Te imagino preguntando: "¿Qué necesidad hay de cuestionar las herramientas y las aplicaciones que utilizo? ¡Son útiles de uno u otro modo!"
Tal vez.
Cal Newport, autor de Deep Work y profesor de ciencias informáticas de la universidad de Georgetown, propone la existencia de tan solo dos actitudes que puedes usar para analizar tus herramientas digitales.
En primer lugar, está la actitud del beneficio, que básicamente apoya el uso de una herramienta mientras proporcione un beneficio, el que sea. En esta categoría encontrarás a personas que defienden su hábito de usar Facebook 12 horas al día porque les conecta con compañeros del instituto. O bien a personas que aseguran que usar Twitter durante varias horas al día es su manera de informarse.
En el vídeo que incluimos a continuación, podrás ver a Jim Clark, el emprendedor, experto informático y fundador de Silicon Graphics, Netscape y varias empresas más, hablar sobre por qué no le gusta el modo en que las redes sociales consumen nuestro tiempo. La parte en cuestión empieza en el minuto 42.
Newport sugiere que, en lugar de usar la actitud del beneficio, emplees la actitud de la relevancia, por la que seleccionas solo las herramientas que proporcionan las ventajas más significativas a aquello que más valoras.
Si te atrae instintivamente una nueva aplicación estupenda porque el resto de tus compañeros la están utilizando, replantéatelo un poco mejor. ¿Te ayudará a alcanzar tus objetivos generales? ¿O simplemente es otra distracción en tu dispositivo móvil?
Recuerda que las aplicaciones se diseñan para ser adictivas
¿Sabes por qué aplicaciones como Facebook y Twitter son tan difíciles de dejar? Porque se han diseñado desde el inicio para ser lo más adictivas posible.
Nir Eyal, autor de Hooked y líder de opinión en psicología de la creación de productos adictivos, analizó mediante ingeniería inversa por qué las aplicaciones son tan adictivas.
Según afirma Eyal: "Se trata de un proceso de cuatro fases que conecta tu problema con la solución de una empresa y lo hace con la frecuencia suficiente como para convertirse en un hábito".
"Empieza por un desencadenante que nos recuerda nuestra necesidad de usar la aplicación, lo que nos lleva a realizar una acción con la aplicación. Ello provoca una recompensa variable que ansiamos y a por la que acudimos una y otra vez, lo que garantiza una inversión psicológica en la aplicación", afirma Eyal.
En resumen, si se trata de una prioridad, entonces será el primer icono que tocarás. "El producto que tiene el 'monopolio mental' es el que gana", explica Eyal.
Pongamos un buen ejemplo. Cuando te aburres esperando en una cola, ¿cuál es la primera aplicación que abres? ¿Qué sitio web visitas cuando necesitas información rápida sobre algo?
Estos son problemas cotidianos muy concretos y estas aplicaciones o productos han encontrado la forma de conectar su solución con tu inquietud. Te has enganchado.
¿Cómo te puedes desenganchar?
¿Cómo se puede llevar a cabo una desintoxicación digital? Aquí te contamos algunas de las muchas opciones que pueden ayudarte con tu distraída vida digital.
Adopta un nuevo hábito al día durante 30 días
Probablemente uno de los mejores métodos, y más detallados, para realizar una desintoxicación digital es cambiar conscientemente un hábito digital por otro más sano y ajeno al mundo digital.
En su artículo para Forbes, "Try The 30-Day Digital Detox Challenge", la escritora Nancy Colier prescribe el reaprendizaje de dichos hábitos como la renuncia al uso de cualquier dispositivo al socializar (día 2), dejar de meter el dispositivo en el bolsillo cuando no lo estás utilizando (día 3) y convertir el cuarto de baño en una zona sin tecnología (día 13).
Cada día se añade un hábito nuevo al repertorio hasta que practicas los 30 hábitos simultáneamente. Es un método atractivo por su sencillez y, por lo tanto, totalmente factible.
Establece límites en el uso de la tecnología
Tus padres tenían razón cuando te decían eso de "solo una hora de televisión esta noche".
Si estableces límites estrictos en el uso de la tecnología impedirás caer en la tentación de la información en tiempo real que siempre está disponible.
Consejo: StayFocusd es una extensión para buscadores que restringe la cantidad de tiempo que dedicas a sitios web que te hacen perder el tiempo, como Facebook o Youtube.
Consejo: deja de buscar novedades. Explora caminos en lugar de mapas. Utiliza un diccionario o una enciclopedia en lugar de un buscador.
Consejo: establece horas sin tecnología, por ejemplo, durante la primera hora después de levantarte o justo después de cenar, para que puedas disfrutar de tiempo de calidad.
Busca la dopamina en el ejercicio
¿Recuerdas que Nir Eyal decía que la recompensa variable nos hacía volver una y otra vez a nuestras aplicaciones? Pues puedes obtener esa misma descarga de dopamina en cualquier otro lugar.
Holland Haiis, experto en desintoxicación digital y autor de Consciously Connecting: A Simple Process to Reconnect in a Disconnected World, comparte su sabiduría:
"La dopamina del cerebro se estimula gracias a la incertidumbre que proporcionan las redes sociales, los correos electrónicos y los mensajes de texto. Es un círculo vicioso y, para romperlo, tienes que buscar la misma incertidumbre y estimulación que hay ahí afuera cuando entrenas. Nunca sabes qué encontrarás a la vuelta de la esquina cuando sales a correr, a dar una vuelta en bici o a pasear".
Por eso, en lugar de abrir Facebook, ponte las zapatillas de correr.
Recorta tu lista de aplicaciones y extensiones
Tienes más aplicaciones en el dispositivo de las que necesitas. Probablemente también tengas más extensiones del navegador de las necesarias. Después de valorar las herramientas para saber cuáles aportan un valor real, deshazte del resto. Aquí tienes algunos consejos.
Consejo: elimina las aplicaciones de Facebook y Twitter. ¿Sabes por qué siempre tienes la batería bajo mínimos? Porque estas aplicaciones funcionan constantemente, rastrean tu ubicación y tus hábitos. Son famosas por agotar tu batería, además de tu tiempo libre. Si realmente tienes que acceder a ellas, puedes utilizar el navegador móvil.
Consejo: si no reconoces una aplicación o una extensión del navegador, desinstálala YA. Está claro que no la has utilizado recientemente y ni siquiera recuerdas para qué sirve. ¡Fuera!
Consejo: conserva una lista actualizada de todas las nuevas aplicaciones o extensiones que pruebes. Registra la fecha de instalación y date siete días para utilizarla a modo de prueba. Si te sirve para el trabajo, consérvala. Si no, desinstálala.
Acaba con el mono
Las herramientas de las redes sociales son un tipo de producto que puede ser fundamental para el trabajo diario de un agente de marketing, pero que, al mismo tiempo, puede ofrecer varias distracciones al resto de mortales que simplemente tratamos de hacer las cosas.
En su libro Deep Work, Cal Newport propone un planteamiento extremo para valorar las redes sociales: deja el mono de las aplicaciones durante 30 días sin decírselo a nadie y, después, responde a dos preguntas tras el paréntesis:
- ¿La ausencia de redes sociales perjudicó a tu capacidad de trabajar o crear valor para tu empresa?
- ¿A la gente le importó que no utilizaras estas redes sociales?
Si respondes afirmativamente a las dos, probablemente tengas que seguir utilizando la red social en cuestión. Si no, aléjate de ella.
Aunque Newport sabe que abandonar las redes sociales no es algo realista para todos, propone que debemos usarlas SOLO si realmente aportan valor al trabajo y los objetivos. Si no lo hacen, entonces habrás conseguido dejarlas totalmente durante un mes, y podrás seguir haciéndolo.
Hora de contener tu adicción a la tecnología
Al final, solo nos podemos culpar si llegamos al punto de que nuestros periodos de atención están tan fragmentados que ni siquiera podemos mantener una conversación cara a cara durante más de unos segundos seguidos.
Ha llegado la hora de analizar nuestros hábitos relacionados con las aplicaciones y los dispositivos que utilizamos.
Del mismo modo que tomamos decisiones inteligentes sobre nuestra dieta, tenemos que tomar el mismo tipo de decisiones en nuestra mente, nuestros periodos de atención y, en última instancia, nuestra productividad.
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