Cuando en 1989 Stephen Covey publicó su influyente libro sobre productividad personal y liderazgo, no tenía ni idea del impacto que provocaría, no solo en la comunidad empresarial, sino más allá de la industria e incluso de la frontera. Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva se convirtió en su libro más popular. Vendió más de 25 millones de ejemplares en más de 40 idiomas y se convirtió en la base de su carrera de orador y consultor. Convirtió a Covey en gurú de la gestión y a su empresa, Covey Leadership Center, en la referencia para el asesoramiento sobre gestión. En un determinado momento en 1996 su lista de clientes incluía a 82 empresas de la lista Fortune 100.
¿Pero de qué trataba realmente el libro? Y, ¿siguen siendo relevantes los siete hábitos de la gente altamente efectiva que expuso Covey en su libro en un mundo acelerado que ya ha escuchado demasiados mantras sobre la productividad?
En primer lugar, ¿cuáles son los 7 hábitos de la gente altamente efectiva?
Empecemos por revisar la base de su libro. Covey presupone que la gente muy productiva y eficiente que es capaz de gestionar el tiempo y de dar prioridad a cada tarea recurre a siete hábitos básicos para coordinarlo todo. Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva son:
1. Ser proactivo
Ser reactivo consiste en centrarse en aquello que no se puede controlar y quejarse después inútilmente. ("Ya nadie descarga aplicaciones. ¡Qué mal momento para ser desarrollador de aplicaciones!") Pero siendo proactivo uno decide centrarse en lo que puede controlar y usarlo para mejorar la solución. ("¿Cómo puedo hacer que mi aplicación sea tan atractiva que los clientes se enganchen?")
2. Empezar con un fin en mente
Cuando uno visualiza el objetivo final, acaba por tener una visión estratégica para sí mismo o para la organización. Cada proyecto, mejor dicho, cada tarea individual en la que se trabaje ahora debe estar orientada y hacer avanzar hacia ese objetivo. "¿Esto es importante? ¿Me llevará más cerca del objetivo?" De lo contrario, estarás desperdiciando el tiempo haciendo algo que te conducirá a un lugar distinto de ese objetivo final.
Un paso importante a la hora de fijar los objetivos es tener claros los valores que defiendes, porque aquello que sea el centro de tu vida será la fuente de tu seguridad y tu poder. No obstante, en ocasiones este conocimiento puede dar lugar a cambios de paradigma. Porque inevitablemente encontrarás "guiones" ineficaces, aquellos hábitos integrados que no están orientados con lo que realmente valoramos (por ejemplo, alimentarse de comida rápida de camino a casa, cuando dices que valoras la vida saludable), lo que significa tener que reorientar lo que haces con lo que verdaderamente valoras. Este es un proceso que Covey denomina "reescribir el guión" y forma parte del cambio de paradigma, de utilizar la imaginación para visualizar el futuro ideal, así como de reorganizar los hábitos y las acciones para promover dicho objetivo.
3. Establece primero lo primero
En resumidas cuentas, se trata del hábito de dar prioridad a lo más importante y a lo más urgente en la función que desempeñemos. Para determinarlo, puedes poner todos los problemas en una matriz de gestión de tiempos (también conocida como Matriz de Eisenhower) y colocar cada tarea en alguno de los cuatro cuadrantes: [1] importante y urgente, [2] importante pero no urgente, [3] urgente pero no importante, [4] ni urgente ni importante De esta manera puedes vivir la vida de acuerdo a los valores elegidos en el hábito número dos y avanzar de manera consciente hacia dichos objetivos centrándote en apagar los incendios del cuadrante 1 y, seguidamente, dedicar el tiempo restante a mejorar en el cuadrante 2.
4. Pensar en salir todos ganando
Está claro, compites y deseas ganar. Pero para tener éxito, no hace falta que otra persona o empresa tenga que perder. Para las interacciones más importantes, piensa siempre en intentar que todos salgáis ganando, esto significa encontrar formas de crear relaciones interdependientes que resulten beneficiosas para todas las partes. Por ejemplo, podría tratarse de colaborar con la competencia para dar a conocer el sector. O podría ser el caso de una empresa que permite a una empleada trabajar en remoto para que pueda trabajar mejor lejos de las distracciones de la oficina y, además, cuidar de su bebé.
Tener una mentalidad win-win solo puede ocurrir cuando se tiene la visión de que hay mucho "éxito" ahí fuera esperando a todo el mundo. Pensar de manera contraria, la mentalidad de escasez, te conducirá a un juego de suma cero donde "si tú ganas, yo no".
5. Procura primero comprender y después ser comprendido
Este es un mensaje marcado a fuego en la formación de cualquier responsable de marketing (especialmente en el marketing online y por correo electrónico) sencillamente porque el público objetivo siempre se preguntará "¿Qué gano yo con ello?". Esto supone que los comerciantes no pueden hablar de todas las características nuevas y de todo el trabajo que han realizado por mejorar el producto. En lugar de eso, tienen que escuchar con empatía lo que dicen los clientes acerca de sus problemas. Una vez que se sabe bien de dónde procede el público, entonces puedes responder de una manera que verdaderamente pueda resolver sus problemas.
6. La sinergia
Este es un término que sigue sonando mal 27 años después. Este hábito hace referencia sencillamente al hecho de abordar el trabajo en equipo de forma tan abierta y positiva que incluso los desacuerdos y las diferencias puedan desembocar, de algún modo, en nuevas formas de enfrentarse a un problema. Si los integrantes de un equipo intentan encontrar el beneficio para todos y procuran primero entenderse entre sí, al final alcanzarán la sinergia, se orientarán hacia el mismo destino con los mismos objetivos y encontrarán soluciones creativas a pesar del caos de la gestión de un proyecto. Con seguridad se ha abusado del término todos estos años, pero los beneficios de este hábito siguen siendo válidos con independencia de la época en la que te encuentres.
7. Afila la sierra
El último hábito se refiere a revitalizar el espíritu y podría parecer el más personal de los 7 hábitos de la gente altamente efectiva de Covey. Afilar la sierra significa básicamente dedicar el tiempo necesario a asegurarse de que mente, cuerpo, corazón y espíritu estén listos para afrontar el reto de la mejora constante. Pero esto no puede ocurrir hasta que te alejas de tu frenética agenda para descansar, relajarte, reflexionar, leer las Escrituras (Covey era un mormón practicante) o un buen libro y pasar tiempo con tus seres queridos.
Resumen de Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva
¿Ha sido muy largo? Si no has tenido paciencia para leer todo, este vídeo resume muy bien los 7 hábitos de la gente altamente efectiva de Covey con algunas anotaciones muy útiles.
¿Ha cambiado mucho el mundo y este libro resulta irrelevante en nuestra cultura de hiperproductividad? Yo creo que no. Incluso si algunos aspectos suenan obsoletos ("sinergia") o algunas metáforas parecen cursis ("afilar la sierra"), la mayor parte de los siete hábitos de Covey son principios intemporales no para hacer las cosas a ciegas, sino para ver el trabajo y a ti mismo con mayor perspectiva. Sus hábitos van a la raíz del problema, concretamente: no podemos mejorar la eficiencia hasta que sepamos porqué buscamos la optimización, cuáles son nuestros objetivos y qué sentido tiene tanto trabajo duro. Y, sin duda, no podemos empezar a pensar en situaciones win-win hasta que tengamos la madurez suficiente para comprender que hay más éxito ahí fuera para todos. En última instancia, Covey no solo escribió un manual para la efectividad empresarial, sino un manifiesto para vivir la vida de forma madura.
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