¿Has oído hablar de la gestión híbrida de proyectos? Puede sonar compleja y confusa, pero te prometemos que no lo es. De hecho, puede ayudaros a ti y a tu equipo a lograr que los proyectos lleguen a la meta de manera aún más eficiente y efectiva.
¿Estás interesado? Esperamos que sí. Analicemos todo lo que necesitas saber sobre la gestión híbrida de proyectos.
Introducción a las metodologías de gestión híbrida de proyectos
El término «híbrido» es fundamental para comprender este concepto. Como explica el diccionario Merriam-Webster, híbrido significa «compuesto de o producido por una combinación de dos o más elementos distintos».
Entonces, en esencia, la gestión híbrida de proyectos consiste en tomar dos (o más) metodologías de gestión de proyectos diferentes y combinarlas para crear un método completamente nuevo.
La siguiente pregunta que debes hacerte es: ¿Qué metodologías pueden combinarse? Las opciones son múltiples. Las más populares son:
- Gestión de proyectos en cascada (Waterfall)
- Método de la ruta crítica (CPM)
- Gestión de proyectos Agile
- Six Sigma
- PRINCE2
- Mapeo de alcances
En teoría, la gestión híbrida de proyectos significa que puedes tomar cualquier metodología formal y combinarla con otra.
Sin embargo, cuando la gente habla sobre este concepto, suelen referirse a la gestión híbrida de proyectos Agile o una metodología Agile híbrida.
Esta metodología toma la flexibilidad y la adaptabilidad de Agile y las combina con el enfoque más tradicional y rígido de la gestión de proyectos en cascada (donde las tareas se enumeran en orden secuencial, como una cascada, y de ahí el nombre).
¿Cuáles son los beneficios de la gestión híbrida de proyectos?
¿Por qué molestarse en combinar dos metodologías diferentes? ¿No sería más fácil elegir una por su valor nominal?
En cierto sentido, sí. Pero la ventaja de la gestión de proyectos combinada es que te permite sacar lo mejor de varias metodologías. De este modo, los gestores de proyectos pueden aprovechar las virtudes de sus enfoques elegidos, al tiempo que exploran sus debilidades o posibles dificultades.
En el sentido tradicional de la gestión híbrida de proyectos (es decir, combinar la gestión de proyectos Agile con la gestión de proyectos en cascada), los proyectos se planifican utilizando el enfoque en cascada y una estructura desglosada de trabajo (EDT). Así los equipos pueden hacerse una idea de las tareas relacionadas y el alcance general del proyecto.
Sin embargo, los proyectos se ejecutan utilizando un método Agile. Esto deja suficiente margen de maniobra para gestionar cambios y reevaluar después de sprints cortos.
¿Lo ves? Obtendrás lo mejor de ambos mundos: la planificación detallada de un enfoque en cascada con la flexibilidad del método Agile. Esa es la principal ventaja de la gestión híbrida de proyectos.
Además, la gestión híbrida de proyectos es una excelente manera de probar nuevos enfoques. Si bien cada vez más equipos están adaptando las metodologías Agile (un impresionante 71 % de las empresas), no siempre resulta intuitivo. Este enfoque híbrido permite mantener el confort porque no se trata de un cambio drástico.
¿Cómo combinar metodologías de gestión de proyectos?
Realmente no existen reglas definidas a la hora de combinar metodologías de gestión de proyectos. Tú y tu equipo tenéis licencia creativa para descubrir qué os funciona mejor.
¿No sabes muy bien por dónde empezar? A continuación, te damos algunos consejos breves que te ayudarán a emprender el camino correcto.
1. Elige dos metodologías
Para evitar abarcar más de lo que puedes, elige inicialmente dos metodologías de gestión de proyectos.
Será probablemente más fácil de lo que crees. Mientras revisabas las metodologías disponibles, seguro que identificaste un par de ellas que te hicieron pensar: «Mira, esta podría ser útil para nuestro proyecto». Eso significa que ya tienes una idea clara de cuáles son las más adecuadas.
No te preocupes sobre cómo las combinarás. Ahora no es el momento para preguntarte cosas como «¿Qué metodología Agile combina con esto?». En este paso simplemente tienes que escoger dos metodologías.
2. Identifica lo que te gusta y lo que no te gusta de ellas
Esta es la parte en la que puedes mirar con lupa cada una de las metodologías que seleccionaste. ¿Qué te gusta de ellas? ¿Y qué no te gusta de ellas?
Sigamos con el ejemplo tradicional de gestión híbrida de proyectos que combina la metodología Agile con la de cascada.
Quizás te guste que Agile brinde con regularidad oportunidades para reevaluar y ajustar, pero no te gusta que la planificación de sprints cortos no permita tener una idea general de todo el proyecto. Quizás te guste el nivel de detalle que implica un enfoque de cascada, pero te preocupa que sea demasiado rígido y restrictivo.
Todo esto es información importante que debes tener a medida que avanzas hacia el siguiente paso, ya que te ayudará a comprender cómo aprovechar las fortalezas de cada metodología.
3. Habla sobre cómo emplearás cada metodología
Ya has seleccionado tus metodologías y ya sabes lo que aporta cada una de ellas. ¿Y ahora qué? Es hora de proyectar cómo las vas a aplicar.
Por ejemplo, ¿seleccionarás elementos de cada una de ellas para utilizarlos en todo el proyecto? ¿O las aplicarás durante las diferentes etapas del proyecto, es decir, metodología en cascada durante la planificación y Agile durante la ejecución?
Involucra a tu equipo en este debate y elabora un plan sobre cómo utilizarás cada metodología. Esto te ayudará a eliminar la confusión y a asegurarte de que todos en tu equipo estén sintonizados desde el principio.
4. Realiza evaluaciones y ajustes con regularidad
El cambio es difícil, e incluso teniendo ya un plan en marcha, las cosas no serán perfectas desde el principio.
Prepárate para adaptarte cuando te des cuenta de que las cosas no están funcionando o que podrían estar funcionando mejor. Al final del proyecto, organiza una retrospectiva con tu equipo para analizar qué salió bien con vuestro enfoque híbrido y qué haríais de manera diferente la próxima vez.
Una vez que tengas esa información, asegúrate de implementarla para proyectos futuros. El conocimiento no sirve si no hay acción.
Mejor juntos. Utiliza la gestión híbrida de proyectos para obtener lo mejor de ambos mundos
Existen muchas metodologías de gestión de proyectos excelentes. Pero, si te sorprendes pensando: «Esta metodología sería perfecta si tan solo...», no creas que tienes que adoptar cada enfoque tal cual.
La gestión híbrida de proyectos te permite combinar metodologías para crear algo que funcione aún mejor para tu proyecto específico.
Con ese enfoque personalizado, tú y tu equipo podéis centraros más en lo que importa: entregar proyectos de primer nivel.
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