Cuando los responsables organizan los procesos para el equipo de desarrollo de software, entre otros, el modelo de gestión de proyectos en cascada y el método Agile están entre los planteamientos más habituales. Pero antes de elegir entre estos dos modelos, los responsables deben conocer a fondo qué ventajas determinadas ofrece cada uno. Con la metodología adecuada y una solución de software que mantenga a los empleados por el buen camino, los responsables pueden guiar su trayectoria para que los proyectos se completen correctamente y estén en consonancia con el objetivo general de la organización. Investigando un poco, puedes decidir si el modelo en cascada es la mejor forma de avanzar.
Información sobre la gestión de proyectos en cascada
El concepto básico que subyace al modelo en cascada, descrito por primera vez en 1970, aparece en el propio nombre. El proyecto sigue una secuencia desde su concepción, en la que cada fase desemboca en la siguiente. Aunque hay una serie de versiones modificadas, el modelo básico se divide en seis fases. Pongamos como ejemplo un proyecto de software:
- La gestión de proyectos en cascada empieza con la fase de requisitos o, lo que es lo mismo, proyectar las funciones y las cualidades previstas del sistema.
- Los desarrolladores crean la arquitectura de software durante la fase de diseño.
- A continuación tiene lugar la construcción, fase en la que el software se desarrolla e integra.
- Durante la fase de pruebas y depuración de errores, el equipo busca los fallos del software y los arregla.
- Después se produce la instalación, cuando el producto se implementa.
- La fase final es la de mantenimiento, que implica dar soporte técnico al producto para que siga funcionando correctamente cuando ya está en manos del cliente.
El modelo en cascada surge de estrictos procesos usados en sectores como la construcción y la manufacturación. Se trata de un planteamiento centrado en la creación del mejor producto final posible, con poco margen para realizar ajustes o actualizaciones una vez finalizado el proyecto. Como la tecnología actual permite adoptar una metodología más flexible, se han popularizado otras formas de desarrollar software y otros productos, pero el modelo en cascada sigue teniendo mucha influencia..
Conceptos básicos de la gestión de procesos de Agile
La gestión de Agile pretende proporcionar una estructura para crear sistemas que dejen margen para interacciones, personalización y actualizaciones frecuentes. Una de las primeras formas de esta metodología fue el proceso Scrum, desarrollado en 1986, que introdujo el concepto de la volatilidad de los requisitos. Este principio reconoce la realidad de que los clientes puedan acabar teniendo necesidades o expectativas en el software diferentes a las inicialmente previstas y que puedan surgir dificultades tras su publicación. Esta metodología se encarga de ello siendo muy flexible para reaccionar a las necesidades en constante cambio.
En la metodología Agile, los equipos trabajan en ciclos breves, llamados sprints, para proporcionar una mejora continua. Entre los principios rectores que rigen esta filosofía de desarrollo se incluyen los siguientes:
- Los equipos siempre tienen que priorizar la satisfacción del cliente, que se consigue ofreciendo productos o servicios de forma rápida y coherente.
- Los desarrolladores colaboran estrechamente con otras partes interesadas.
- Los miembros del equipo deben estar motivados para alcanzar los mejores resultados posibles y contar con todas las herramientas y los recursos necesarios.
- Todos deben concentrarse en los logros técnicos y la simplicidad del diseño.
- El desarrollo continúa a un ritmo constante y uniforme.
- Los equipos obtendrán los mejores resultados organizándose solos, pero también debe realizar mejoras regularmente en los procesos con el fin de maximizar su eficacia.
Esta idea de proceso de desarrollo ha servido para mejorar el trabajo de muchas empresas de desarrollo de software. No obstante, también es muy popular en otros sectores, como el de las finanzas, el marketing y la educación.
Determinar el planteamiento adecuado
Al valorar si usar Agile o una gestión de proyectos en cascada, debes saber que cada uno tiene sus pros y sus contras. Mientras que el proceso Agile produce funciones interesantes más rápidamente, cada cambio probablemente requerirá tiempo para eliminar los errores. Con el proceso en cascada, que cuenta con una organización más estricta, las nuevas versiones se publican estando mejor formadas, lo que simplifica (teóricamente) la asignación del dinero, el tiempo y la mano de obra para completar el proyecto.
Desde la perspectiva del cliente, el desarrollo continuo de Agile desemboca en una mejora progresiva de los productos que ya poseen, así como en una mejor atención a los modelos de entrega, como las suscripciones mensuales. El desarrollo en cascada implica una restricción de las expectativas y las innovaciones de los nuevos productos; aunque simplemente esperar la versión siguiente del producto puede generar ilusión y entusiasmo. Además, los equipos que utilizan el método en cascada con frecuencia se concentran más en cómo el producto final satisfará las necesidades de los clientes finales y en ofrecer una experiencia positiva, más que en sus propias oportunidades de innovar.
Uso de una herramienta que ofrezca los métodos en cascada o Agile
Wrike, una excelente utilizando diagramas de Gantt, o bien configurar tu flujo de trabajo de Agile con paneles de control y flujos de trabajo personalizados: independientemente del método que elijas, puedes controlar el progreso de cerca con una cronología del proyecto, mantener la comunicación con los miembros del equipo y las partes interesadas, así como compartir fácilmente información y documentos importantes.
Fuentes: Telegraph.co.uk, Queue.ACM.org, CIO.com, Inc.com, Forbes.com
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