Para aquellos de nosotros que cada mañana contemplamos cientos de correos electrónicos nuevos en nuestra pantalla, el concepto inbox zero (conseguir que el correo pendiente no consuma nuestro tiempo de trabajo) puede parecer en un primer momento una proeza mítica, como encontrar el Santo Grial o dar con un tesoro enterrado. A los colegas que
Todos sabemos de qué estamos hablando: entras en la oficina, echas un vistazo a tu bandeja de entrada o lista de tareas pendientes y te dan ganas de salir corriendo. Tienes un millón de cosas a la espera y todas ellas son importantes, ¿por dónde empezar? Cuanto más trabajo te llega de todas partes, menos tiempo
Hemos escrito sobre estos hábitos hace poco: analizar tus rutinas más arraigadas y cambiarlas si no tienen sentido tiene un efecto positivo en la productividad, en la concentración e incluso en la creatividad. Es importante reevaluar ocasionalmente lo que hacemos en piloto automático para quitar la paja y quedarnos solo con lo necesario. De lo contrario,
¿Puede una rutina llegar a perjudicar? ¿Puedes caer en la trampa de hacer cosas solo por el mero hecho de hacerlas, te beneficien o no? Bueno, digamos que sí. Cuando eso sucede, tu rutina no te hace ningún favor. Aquí se explica por qué nos apoyamos en estos sistemas previsibles y los efectos positivos inesperados que conlleva revisarlos.
Cuando una empresa trabaja en varias cuentas o proyectos, poder realizar un control del tiempo es clave para la rentabilidad. Una aplicación de partes de horas para los empleados puede hacer que tu equipo sea más eficiente y productivo. Descubre por qué con Wrike.